Caminos de Tiza no es un proyecto. No se ciñe a un curso, una asignatura, un programa o una metodología. Caminos de Tiza es una escuela con mayúscula, para la vida, la cooperación, la solidaridad. Es la determinación de 2 docentes que saben que son la única puerta a un futuro de 14 pequeñas poblaciones de una zona especialmente desfavorecida en Argentina.

En una escuela ambulante, montada en su furgoneta, recorren estos pueblos para responder a las necesidades de cada alumno. Como no puede ser de otro modo, consiguen sus objetivos planteando un contexto de personalización del aprendizaje, en el que el docente, el currículo, los agrupamientos y objetivos responden al perfil y necesidades de cada alumno. El ingenio, el afán de superación y la mentalidad de buscar soluciones a los límites y barreras que encuentran sirven de ejemplo e inspiración, sin duda, para cualquier docente, en cualquier contexto.

Caminos de Tiza ya sería una propuesta destacable si tan solo tuviéramos en cuenta su labor solidaria, su singularidad por razón de un contexto desfavorecido no solo por las condiciones socio-económicas de sus alumnos, sino también por el perfil de sus estudiantes. Pero además Caminos de Tiza es un ejemplo de personalización, de observar y comprender el perfil y necesidades de cada alumno para flexibilizar, adaptar, modificar y buscar recursos que impulsan su progreso.

Solo sumérgete en todas las evidencias de trabajo que te muestra y que nos lleva a reflexionar sobre cuántas cosas podemos hacer con un cambio de mentalidad. No es el alumno el que debe responder a nuestros planes, perfiles y formas de hacer. Somos los docentes los que tenemos que observar a nuestros alumnos y responder a sus necesidades, en cada momento, en cada contexto.