P: Vuestra empresa tiene un modelo de negocio innovador. Nacisteis como una start up y os habéis consolidado como una empresa con un perfil diferencial en el sector. Esto de las «start up» sin duda llama la atención de nuestros jóvenes y parece ser una gran opción para las mentes más creativas y emprendedoras de nuestro país. ¿Cómo es la experiencia de montar una start up? ¿Qué se necesita para montar una y acabar consolidándose como vosotros?

R (Elena López Gunn, fundadora y CEO de ICATALIST) : Para montar una start up sobre todo se necesita mucha motivación y compromiso con el proyecto. Siempre se cuenta lo más glamuroso pero la realidad al principio es dura porque eres o tienes que ser una especie de hombre/mujer orquesta que sabe de gestión, de aspectos técnicos, legales, de recursos humanos y de marketing todo en uno…. pero la parte más bonita es la ilusión de poder hacer algo muy diferente que no existiría si no es por tu propia perseverancia. Esta mirada e ilusión de crear algo nuevo es la pequeña batería que necesitas como si fueras un conejito de duracell. Por otro lado, para que funcione, una de las cosas más importantes es tener un buen equipo y apoyo cercano, si no, sería imposible.

P: Además habéis fusionado 2 mundos muy atractivos para las nuevas generaciones: tecnología y medio ambiente. ¿Cuál es exactamente la misión de vuestra empresa y en qué medida creéis que puede ser ejemplo para los estudiantes que hoy pueden estar planteándose una salida profesional?

R (Celia García Asenjo, Investigador y Responsable del área de Educación) : Desde ICATALIST, nuestra prioridad es ofrecer soluciones medioambientales y de adaptación al cambio climático a través de la generación de productos y servicios relacionados con la investigación, la innovación y desarrollo de nuevas tecnologías. Ayudamos a nuestros clientes a adaptarse al cambiante mundo en el que nos encontramos inmersos, siempre con la premisa de generar un ecosistema de innovación con valores compartidos entre todas las partes que se encuentren en el mismo.

P: Ofrecéis talleres muy singulares para los centros educativos. ¿Cómo surge esta idea? ¿Qué valor diferencial ofrecéis a los centros que os solicitan?

R: Cuando ICATALIST se creó, se pensó que no se podía atender sólo a un sector de la sociedad, economía o medioambiente, son disciplinas que interactúan entre sí. Este concepto se aplica en nuestra oferta educativa en todos sus niveles, adaptado de una forma comprensible, fácil y accesible.

P: Fusionar tecnología y conservación del medioambiente resulta, como hemos dicho, realmente atractivo para los estudiantes y responde a dos competencias clave del currículo. ¿Están las escuelas preparadas para trabajar esta competencia con el alumnado de forma que se relacione con el contexto profesional actual?

R: En esto hay diferencias entre centros y personal docente dependiendo de la orientación que tenga cada centro, la predisposición de su personal y su capacitación, también de su estabilidad laboral. Lo que sí hemos detectado es que si alguno de estos elementos falla o lo tienen más débil y se es consciente de ello, es entonces cuando se solicitan colaboraciones, ayudas, o asistencias externas; ahí es donde aparece ICATALIST.

P: Si no es así o si hace falta mejorar en algún aspecto ¿Qué crees que hace falta para educar con verdadera conciencia y competencia, a nuestros pequeños en ese uso responsable y original de la tecnología y ponerla al servicio de objetivos tan fascinantes y necesarios como el cuidado de nuestro planeta?

R: Creemos que la acción local es fundamental y la consideramos como clave inicial para abordar las cuestiones ambientales climáticas del planeta. Hay que comenzar desde el principio y conociendo los cimientos de nuestros entornos con lenguaje adaptado a cada nivel y edad. Por eso entre nuestros objetivos esenciales y prioritarios consideramos el mejorar el conocimiento. Queremos que desarrollen la autonomía y la habilidad para resolver problemas de manera práctica y creativa, promover la capacidad para la toma de decisiones y la autogestión, adquirir conocimientos de forma colaborativa, activa y participativa y conocer nuestro entorno más próximo y su situación actual.

P: Uno de vuestros talleres implica el uso de drones. Seguro que resulta algo fascinante para alumnos en cualquier curso y que se manejan relativamente bien, pero corremos el peligro como en tantas cosas, de que la formación se centre más en la herramienta que en el objetivo ¿Llegan los alumnos a obtener una clara conciencia del objetivo último de estos talleres, concienciar sobre cómo los avances tecnológicos pueden y deben ayudarnos a conservar nuestro entorno y por qué ésto es, mucho más que una slogan, una necesidad urgente de la que todos debemos responsabilizarnos?

R: Estamos yendo más allá del propio dispositivo tecnológico, con un curso-formativo amplio y general donde se les explica a los alumnos distintos conceptos que abarcan asignaturas diferentes.

Desde ver por ejemplo en qué consiste un dron, en qué se basa, de dónde procede, cómo han surgido y por qué (lo cual es ya una perspectiva histórica de aprender historia desde un punto de vista muy diferente al habitual), qué aplicaciones tiene, de dónde proceden todas las palabras empleadas o la parte de por qué una aeronave se eleva y los cálculos para realizarlo (física del aire, física general, química, matemáticas) y las múltiples aplicaciones en biología, geografía, arte, arqueología, etc.

Entrevista realizada por @aacclarebelion